Es importante reconocer cuando la persona que amas y te interesa camina en la vida a una velocidad mínima comparada con el ritmo de tu paso. Sin embargo, no tienes la obligación de quedarte con quien desea muy poco de ti y no te reta a buscar el éxito junto a él.
Así que, sin importar cuánto te haya dolido aquella vez que tuviste que decir adiós a quien no tenía idea de la persona que eres y todo lo que mereces, te invito a que abraces ese momento y no lo dejes ir: fue lo mejor que te pudo pasar.
A ti, la chica que todo hombre mediocre evita tener
Una nueva generación de mujeres rige el estándar en el que toda joven inteligente desea convertirse: una chica que no insulta a otras mujeres ni se pelea por amores platónicos; chicas que entienden cuándo y por qué no es inteligente juzgar a un libro por su portada.
Una nueva ola de mujeres marchando por la libertad de otras, porque saben que también es la propia; defendiendo el derecho de llorar si las dejó un chico y aplaudiendo la fuerza de la mujer que abandonó un matrimonio que le hacía infeliz. Este tipo de carácter femenino que no compite por la atención de un hombre y que en ningún momento le pone el pie a otra chica.
Sin embargo, al ser este tipo de mujer, a la que no le da miedo la soledad y que sabe cuál es su camino para llegar al éxito, es común que se le catalogue como “fuerte” e “invencible”, cuando ningún humano está exento de sentir miedo, en especial al amor.
Las chicas con ideales y estándares altos también se enamoran, sienten el mismo temor a salir lastimadas y, sobre todo, sufren si un chico las engaña igual que cualquier otra chica. Es claro que toda persona desea sentirse amada, pero una chica de esta clase sabe que no puede aceptar cualquier amor y mucho menos convencerse de que eso es “suficiente”.
Respeto, cariño, fidelidad, motivación, entrega, tiempo y risas… las mujeres inteligentes quieren recibir siempre lo mejor de su pareja, saben que lo merecen, sin embargo, también están conscientes de que son capaces de entregar todo aquello por igual.
Este amor propio se proyecta en el amor que somos capaces de dar, por lo que en la ecuación no hay espacio para un amor a medias.
Los amores, corazones y hombres mediocres vienen juntos en un paquete. Cuando una chica inteligente lo descubre es difícil volver atrás, al tiempo en que aún había una expectativa.
Como a la pasta dental, que una vez que la exprimes del envase ya no vuelve a su forma original, los primeros rasgos de bajas expectativas en un hombre salen a relucir y se vuelven imposibles de ignorar.
De niñas nos repetían hasta el cansancio: “ámate a ti misma antes de amar a los demás”, y cuando conocimos a la verdadera mujer responsable de nuestra esencia como persona, entendimos lo mucho que valía la pena renunciar a lo pequeño y sentimentalmente pobre.
Aquel momento, cuando recuerdas lo mucho que vales y lo grato que es darte cuenta a tiempo, se vuelve una cúspide en tu vida. Así que, en efecto, no eres la primera ni la última chica repelente de mediocridad, pero ya llegarán los imanes del éxito. Por lo pronto, bienvenida al club.