Después de haber dejado ir a un gran amor, te encontrarás en en un ciclo donde un día te sentirás totalmente bien y al siguiente tendrás la sensación de que nada volverá a ser normal de nuevo. Pero las personas que han experimentado una pérdida importante, cuando pasa el tiempo y su corazón va sanando, encuentran una sabiduría que va más allá de sus años. De hecho, podrías reconocerlas porque hay en ellas un aire, algo que las rodea que habla de cómo la angustia los hizo más fuertes.
Cuando has perdido a alguien que amas aprendes que:
1. El dolor te enseña más de lo podrías aprender del placer
El proceso que vas a travesar después de perder el amor te va hacer cambiar para siempre. El dolor necesita su tiempo para sanar, porque tienes darte cuenta de lo que has perdido, así que tu angustia no durará solo un momento. Pero tu corazón tiene la capacidad de romperse y repararse constantemente durante un período prolongado de tiempo.
Lo que viene con este dolor es lo que te cambia para siempre. Tienes la oportunidad de analizar en quién te has convertido y reconstruir la vida que realmente quieres, así como a la persona que realmente quieres ser.
2. El corazón es una cosa difícil
La posibilidad de realizar lo que habías planeado junto a alguien puede irse en el momento que menos esperas. Pero una nueva oportunidad también puede aparecer cuando menos lo imaginas. A pesar de ello, un día te verás recostada junto a tu nuevo amor y tu sonrisa activará algo muy profundo dentro de ti: por un instante recordarás a tu antiguo amor y en tu pecho sentirás de nuevo el sabor de la tristeza y la añoranza por lo que una vez tuviste. Pero sólo será un momento.
3. El amor no es suficiente
El amor, especialmente cuando somos jóvenes, es irracional, y eso hace que sin importar lo mucho que dos personas se amen, a veces simplemente no funciona. Dos personas pueden estar enamoradas, pero al mismo tiempo pueden ser incompatibles entre sí; sus hábitos, creencias, tendencias o patrones de pensamiento les impiden estar juntos. Pero recuerda: el amor no es racional.
Cuando dos personas son muy diferentes, tienen que trabajar en su relación día a día, y aprender a hacer sacrificios. Eso se aprende con el tiempo y las experiencias. Sin embargo, una pareja puede llegar a un punto en el que no están dispuestos, o incluso no pueden comprometerse, porque el amor por sí solo no es suficiente para mantenerlos juntos.
4. Aunque quieras a alguien, se irá si lo lastimas
A veces lastimamos a quien más queremos. En una relación nos exponemos profundamente a otra persona, y al estar desnudos emocionalmente frente a ella sentimos que nos enlazamos tanto que no importará lo que hagamos, siempre y cuando permanezcamos juntos. Pero no es así.
A veces el amor –y parecería imposible– nos lleva a tomar malas decisiones. Nos sentimos demasiado cómodos y hacemos juicios pobres. Después, no importa lo mucho que lamentemos nuestras decisiones estúpidas, hemos dañado a la persona que amamos, y no nos perdonará fácilmente ni volverá.
5. Estarás más protegida
En realidad, esto puede ser una gran cosa. El haber sido dañada, o haber dañado a alguien te enseña lo que no puedes volver a repetir. Y no ocurrirá cuando conozcas a alguien que derrumbará tus muros y sacudirá tu corazón.
6. Eres más fuerte
Después de experimentar el dolor de perder a un amor, te tomará un tiempo aceptar a alguien nuevo en tu corazón. No le permitirás obtener una entrada gratuita a cualquiera, porque esta vez entiendes la importancia de amarte a ti misma antes que a nadie, y te das la oportunidad de ser una versión mejorada de ti misma dentro de una relación.
7. A veces, el destino hace que tomemos las mejores decisiones
Esta es probablemente la cosa más difícil de aceptar, pero un día te darás cuenta de que lo que pasó es lo mejor. Tu dolor desaparecerá hasta ser sólo un recuerdo. Verás que la relación que una vez tuviste te ha hecho una mejor persona. Lloraste, reíste, estabas viva y tu vida cambió.
Un día encontraras el amor de tu vida, y aunque es algo cursi de decir, cada nuevo comienzo viene de algún otro principio