Una de las metas en pareja es llegar al matrimonio y vivir juntos, y muchos eligen experimentar esa opción. Otros, por el contrario, prefieren ver si su relación funciona conforme a sus expectativas para luego poder darse el sí, acepto.
Aunque ambas opciones tienen sus pros y sus contras, nosotras tenemos que lidiar con la creencia de que irte a vivir con tu novio antes del matrimonio “es cosa del demonio” y “un pecado terrible” (solo para nosotras), lo cual nos hace caer en un conflicto al momento de tomar una decisión al respecto. Por ello hemos enlistado algunos beneficios y desventajas de empacar tus maletas antes de llegar al altar.
Primero las malas noticias…
No es lo que pensabas: en numerosas ocasiones idealizamos situaciones que en la vida real no sucederán, así que sé realista.
Ahora son dos: lo que hagas tienes que pensarlo por dos, es decir, ya no estás sola para decidir qué hacer y sufrir las consecuencias.
Presión por el matrimonio: los amigos, familia o incluso uno de ustedes, podría empezar a sentir la cosquillita del matrimonio, por ello lo mejor es que desde un principio ambos tengan muy claro cuál es su plan a futuro.
Ahora las buenas y numerosas ventajas
Conocerás qué tan compartido es: tiempo, risas, anécdotas y hasta comida.
Descubrirán sus hábitos: buenos, malos, molestos, todo lo necesario para saber sí podrán estar juntos toda la vida.
Conocerán su futuro: no necesitarán de una lectura de tarot para saberlo; el tiempo, el amor y la forma en que resuelven sus problemas lo dirán todo.
Disfrutar de su libertad: aunque el hecho de que vivan juntos implica que su relación es más seria, no dejan de tener cierta libertad para viajar, cambiar de trabajo e incluso aprender cosas nuevas, antes de tener hijos o comprometerse a llevar una cierta suma de dinero a la casa.
Su vida íntima se pondrá a prueba: lo quieran o no, es una parte indispensable para una relación sana, larga y duradera.
Podrán resolver sus problemas antes de que no haya vuelta atrás: si no te gusta vivir con él o no saben resolver sus problemas, podrán decirse adiós sin necesidad de enfrentarse legalmente a un divorcio y terminar odiándose.
Todo depende de ti
No olvides que para tomar una decisión correcta debes analizar algunos puntos, pero siempre pensando en lo que quieres y lo que te hará feliz.