No existe mejor sensación que establecer una meta y hacer todo lo posible por lograrla. Dar un salto a lo desconocido con un corazón y una mente abierta.
Puede ser que vivas cómodamente en tu ciudad natal, o en la acogedora ciudad en donde estudiaste la universidad, pero, a veces, hay que preguntarse si realmente estás aprovechando todas las oportunidades que el mundo te ofrece, especialmente cuando tienes 20.
La década de tus veinte años es la etapa en donde experimentarás los maravillosos años de libertad, antes de las deudas, los niños y las responsabilidades generales que adquieres cuando eres un adulto. Muchas personas permiten que su miedo a lo desconocido los haga dejar de tomar riesgos y olvidan que un gran riesgo conlleva una gran recompensa.
Mudarte a un lugar nuevo (ya sea otra ciudad, otro país u otro continente) es una experiencia como ninguna otra. Aterradora, pero sumamente emocionante. Si tomas la decisión de tomar el reto e irte a vivir a una ciudad nueva, en donde no conoces a nadie, aquí te decimos algunas de las cosas que te sucederán en el camino:
1. Harás nuevas amistades. No serán como tus viejos amigos, pero te agradarán
Una nueva ciudad abre un mar de posibilidades de conocer diferentes culturas y personas que tienen perspectivas y experiencias muy diferentes a las tuyas. Esto hará que enriquezcas y amplíes tu visión de la vida.
No hay nadie que te diga de quién puedes y no ser amiga. Haz todas las conexiones que quieras. Además, las personas nuevas que lleguen a tu vida no tendrán ningún conocimiento de lo que has hecho antes. La vida te está dando una hoja en blanco para que empieces a escribir.
2. Tendrás nuevas y emocionantes maneras de divertirte
Es posible que ya tengas una rutina establecida con tu antiguo circulo de amigos: las cenas del viernes en tu casa, noches de chicas con unos tragos en tu bar favorito, viajes de fin de semana, etc. Sin duda, esto puede ser agradable y te producirá nostalgia ya no hacerlas, pero ¿realmente te siguen emocionando igual?
Tus amigos en la nueva ciudad te harán conocer diversas costumbres locales, aventuras emocionantes y nuevas perspectivas sobre cómo divertirte.
En lugar de una noche con pizza y películas, ahora podrás ir a un partido de fútbol, una clase de baile de salón, de cocina, salidas a bares, cines y un sin fin de nuevas y divertidas cosas.
3. Te sentirás libre
Necesitas salir de la ciudad en donde has vivido tanto tiempo para darte cuenta de lo grande que es el mundo, y lo diferente que es la vida ahí afuera. Probablemente alguien te ha dicho: “El mundo está a tus pies”: es una gran verdad. Una vez que abres tu mente a la posibilidad de mudarte y viajar, puedes ir a donde quieras. Te mueves como el viento.
Da la bienvenida al cambio con los brazos abiertos, y vive en cualquier país, ciudad, pueblo o barrio que se adapte a tu ritmo y deseos.
4. Desarrollarás la facilidad social para entrar a una fiesta por tu propia cuenta, y sin dudarlo
Con la excepción de las personas que son muy extrovertidas, la mayoría de la gente siente cierto temor cuando están invitados a asistir a un evento social solos. Te preocupa no conocer a nadie y sentirte incómoda al hablar con uno que otro extraño.
No tengas miedo. Cuando te mudas a una nueva ciudad, terminas yendo sola a cuanta fiesta te inviten, y te acabas convirtiendo en una profesional de las interacciones sociales. Antes de que lo sepas, serás capaz de iniciar una pequeña conversación, hacer reír, preguntar las cosas correctas y zafarte de la plática de una manera educada. Tu lado introvertido será una cosa del pasado.
5. Podrás reinventarte
Lo bueno de empezar de nuevo es que tienes la oportunidad de dejar atrás tu lado irritable y presentarte al mundo como un nuevo tú. También puedes librarte de los malos hábitos, y decir adiós a los amigos y amores que ya no te benefician.
Explora las partes ocultas de ti misma; descubre cómo la persona que siempre quisiste se responde a cada situación de la vida, y conviértete en esa persona.
6. Serás capaz de cambiar tu apariencia de manera radical sin dar explicaciones
¿Alguna vez has querido hacerte un tatuaje o una perforación? ¿O cambiar drásticamente tu cabello? Cuando te vas a vivir a una ciudad en donde no conoces a nadie, tienes la oportunidad de impresionar a cualquier persona que conozcas.
Si siempre has querido hacer un cambio en tu apariencia, ¡ahora es el momento! Cambia tu aspecto y crea el estilo que quieres. No tendrás que darle explicaciones a nadie.
7. Tendrás que confiar en ti misma
Cuando decides irte a vivir por tu propia cuenta, sólo te queda resolver las cosas por ti misma, como encontrar un apartamento, conseguir un trabajo y saber como te moverás. Ahora eres independiente, y estás obligada a hacer que las cosas funcionen.
Una vez que das el paso y enfrentas tus miedos, te darás cuenta de que todo es posible con un poco de trabajo duro. Después de conquistar una nueva ciudad, sentirás la sensación de poder hacer frente a cualquier cosa en la vida: ya no tendrás miedo de intentarlo.
8. Saldrás de tu zona de confort
Claro que estar en ese espacio donde todo te resulta sencillo es cómodo, pero al cambiarte de ciudad las cosas serán diferentes.Vas a tener que volver a aprender cómo se hacen algunas, como a dónde te lleva el transporte público, y encontrar un lugar para tomar un buen café. Pero, a pesar de que las cosas pueden ser abrumadoras al principio, te acostumbrarás.
De repente, lo que antes era aterrador y extraño, ahora es fácil y libre de estrés.
9. Aprenderás a disfrutar de tu propia compañía
Si eres una persona que generalmente suele estar rodeada de amigos y familiares, es posible que te sorprendas el descubrir que pasar tiempo a solas es, en realidad, bastante agradable.
“Sola” no significa “solitaria”, te tienes a ti misma para hacer lo que quieras, a tu propio tiempo y presupuesto. Pasar tiempo a solas puede ser un importante período de introspección que te va a permitir volver a conectar con tus pensamientos, sueños y deseos.
10. Te darás cuenta de tu capacidad para enfrentar tus miedos
Moverte a una nueva ciudad desafía tus temores, y hará que esa voz dentro de tu cabeza te diga: “¿Qué pasa si me pierdo? ¿Qué pasa si me meto en problemas? ¿Qué pasa si no hago amigos?”. Tener miedo a lo desconocido es completamente normal, pero no por eso debes permitir que el miedo controle tu vida.
Si dejas que el miedo al cambio te haga rendirte, nunca conocerás qué hay del otro lado, ni descubrirás qué atrevida y valiente puedes ser. Debes alimentar tu espíritu aventurero para sobrevivir.
11. Valorarás a las personas que estaban contigo
Muchas personas sienten el impulso de mudarse de ciudad después de algún tipo de experiencia negativa (como perder un trabajo, o una ruptura amorosa) para tener un nuevo comienzo.
Esto sólo es un cliché. La ausencia realmente hace crecer el cariño. Sin duda, después de unos meses de distancia, te darás cuenta de la falta que te hacen tus amigos y familiares.
La experiencia, sin embargo, no sólo te ayudará a valorar más a tus seres queridos, también te sentirás mucho más segura después de viajar desde lejos para establecerte en un nuevo lugar y vivir cosas nuevas que el mundo tiene para ofrecerte.
12. Vas a crecer como persona
Tal vez una de las mejores cosas de cambiarte a otra ciudad es descubrirte a ti misma. Cuanto más viajas y vives fuera, más cambiarán tus prioridades y no podrás de dejar de aprender durante el camino.
La oportunidad de ir por una ruta desconocida y tomar la responsabilidad de tu propia vida es una experiencia increíblemente poderosa. Llevar tu destino en tus manos te permite redescubrir tus sueños, tus deseos, y dar forma a lo que harás en el futuro.