Así como ocurre con las mujeres cuando alcanzan la edad de los achaques, al cumplir más de 20 años llega una menopausia en la que no toleras la música alta, los eventos sociales ni las muchedumbres; la llaman: menopausia social
Las fiestas, las desveladas, hacer amigos por doquier, beber hasta el amanecer y despertar con una cruda que se cura en cuestión de minutos, se acaba cuando llegas a los 25 (a algunas les pasa antes y a otras después). Y es que tienes más preocupaciones por el trabajo, el amor, las cuentas bancarias y, en algunos casos, la maternidad. Prácticamente entras en la menopausia social donde lo último que quieres hacer es salir de casa los fines de semana. Aunque no se trata de una condición médica, Amelia Diamond, autora en Man Repeller, lo describe como un fenómeno del cuerpo y la mente.
1. Tu cuerpo no tiene la temperatura correcta
Sentir demasiado calor o frío en un lugar es ahora un elemento decisivo para salir huyendo o soportar un poco más. Eso incluye el que haya demasiada gente que reduzca el aire disponible para respirar.
2. No te sientes cómoda
Entras y sales varias veces del sitio. Ya sea para fumar, para revisar el móvil, tomar un poco de aire o lo que sea; sales todo el tiempo de la habitación para desconectarte por unos momentos y poder seguir con la interacción social.
3. Los nervios te consumen
Durante un evento comienzas a sentir ansiedad y te agobias, no sabes muy bien por qué estás ahí y solo saludas a otros para quedar bien.
4. Socilizar te da pereza
No hace falta explicarlo. Sabes que parte del éxito está en las relaciones públicas: sonreír y hacer contactos, pero en vez de pensar en lo que te aportará conocer a tal o cual persona prefieres estar en tu mismo círculo de amigos.
5. Te has acostumbrado a madrugar
Pero para ir a la cama temprano, después de las 10 de la noche, te entra una especie de narcolepsia y caes muerta de sueño en cualquier lugar.
6. La comodidad se ha vuelto indispensable
¿Recuerdas cuando podías estar toda la noche bailando, bebiendo de pie y socializando? Eso ha quedado en el olvido. Ahora lo primero que haces al entrar a un bar es verificar que haya asientos disponibles. Sin asientos cómodos, no hay trato.
7. Beber ha dejado de ser algo divertido
Más de dos bebidas no hacen que tengas una gran noche, al contrario, solo te da sueño y una cruda pesadilla al día siguiente.