Algunas veces has sentido que el ánimo decae y vas perdiendo el rumbo en la vida, pero mientras esto pasa no nos damos cuenta de las señales que demuestran que todo está bien.
En ocasiones no valoramos lo que poseemos porque no nos detenemos a pensar en todos los pequeños triunfos que hemos logrado. A veces no entendemos que los retos que nos pone la vida solo son para nuestro crecimiento y tenemos que aceptar las cosas como son.
Aquí te dejamos una lista de 15 signos que te dicen que en realidad vas bien y que lo único que necesitas es paciencia y amor propio…
1. Sientes empatía
Posees la capacidad de sentir el dolor y la alegría de los demás; te sientes feliz por sus éxitos y puedes comprender cuando tienen una pena profunda. Sabes leer sus sentimientos y entiendes con una sola mirada lo que están pensando. No te molestas por sus actitudes y aceptas lo que está pasando a tu alrededor.
2. Tienes amigos verdaderos
Muchas personas no tienen el privilegio de contar con buenas amistades, que estén a su lado en las buenas y en las malas, que comprendan su dolor detrás de su silencio.
Tú tienes un grupo de amigos que te apoyan incondicionalmente, aunque metas la pata, y están ahí para escucharte una y mil veces cuando te gusta alguien o cuando un hombre te rompió el corazón, y siempre te dan consejos, aunque sepan que nunca los vas a seguir.
3. Te pones metas y las cumples
Lo más importante es tu futuro, tienes sueños y metas por cumplir, y luchas por alcanzar tus objetivos. Realmente entiendes que solo tú puedes lograr tus objetivos y no hay nada que te lo impida. Aunque sientas miedo, te detienes a pensar y sabes que lo vas a lograr y sigues luchando.
Si quieres irte de viaje, ahorras y lo haces; si deseas un empleo, luchas hasta obtenerlo. Siempre eres honesta contigo misma.
4. Cuidas tu cuerpo
Tu salud es lo más importante en todos los sentidos: mental, físico y espiritual; sabes que es parte de un todo y tratas de crecer todos los días. Lo mejor de todo esto es cuando ves los resultados de tus esfuerzos.
5. No miras al pasado
Atrás han quedado miles de momentos que formarán parte de ti para siempre, pero solo son eso, momentos que no se van a repetir y ahora sabes que el presente es lo más importante y luchas por un mejor futuro. No te arrepientas de nada que hayas hecho y siempre está orgullosa de ser quien eres hoy.
6. Eres agradecida
Estás contenta con lo que posees, tanto material como espiritualmente; agradeces los momentos vividos y entiendes que el futuro solo depende del trabajo que realices ahora. Agradeces cada cosa, buena o mala, que hayas experimentado y tratas de ser mejor persona cada mañana. La vida es un obsequio que debes aprovechar al máximo.
7. Menos drama
Ya no te azotas tanto cuando alguien te insulta o no te comprende. Cada vez que te ocurre una situación tratas de encontrar el sentido y te ríes. Intentas ayudar a los demás sin importar lo que obtendrás a cambio y no esperas nada de nadie. Solo agradeces lo que te dan.
8. Te amas tal como eres
Aceptas las cosas buenas y las malas que hayas hecho; tú eres genial por ser tú. Cada vez que miras el espejo encuentras que te fascina en lo que te has convertido, te felicitas cuando haces algo bueno, te consientes con pequeños caprichos y tratas de aceptar las cosas como son. Cuando caminas vas dejando impregnado el aire con tu esencia.
9. Estás conforme con lo que posees
Las cosas materiales no tienen tanta importancia, sabes que debes luchar y crecer, pero el dinero no es lo más relevante en tu vida. No significa que no vas a triunfar o que eres una mediocre. Significa que aprecias más los detalles, que entiendes que lo que tienes por el momento te ha costado mucho trabajo y tienes que valorarlo.
10. Escuchas las críticas de los demás
Lo mejor de todo es que aprendes. No permites que te insulten o te ofendan, sino que lo ves desde otro punto de vista; comienzas a revalorar tus actitudes y si sientes que tienes que cambiar lo harás, pero porque tú quieres y no porque los demás te digan lo que tienes que hacer.
11. No tratas de complacer a todos
Cada cual es responsable de su vida y tú no tienes por qué cumplir con las expectativas que otros tienen de ti. Tienes tus propios sueños y este es tu tiempo de alcanzar todo lo que te propongas; si no les gusta lo que estás haciendo, es su problema no el tuyo.
12. Tomas riesgos
Tú puedes arreglar tus propios problemas, confías en ti misma, en tu instinto y le das la cara a lo que se presente. Te retas a ser mejor cada día y no permites un no por respuesta. Y, por supuesto, cada vez que tienes un miedo luchas por superarlo.
13. Eres responsable
Sabes perfectamente cuando has cometido un error y tomas tu parte de culpa, tratas de arreglar lo que sea que hayas roto. Además, te responsabilizas de tu propia vida, entiendes que tienes en tus manos tu futuro y no puedes tirarlo a la basura por capricho.
14. Tienes ilusiones
No significa que no tengas los pies en la tierra, sino que tienes la capacidad de soñar, de ver las cosas desde un punto de vista más alegre. Disfrutas lo que tienes, pero luchas por más. Disfrutas de ese momento en el que cierras los ojos y comienzas a recordar todo lo que imaginaste de niña y que ahora te inspira a perder el miedo y aceptar los cambios.
15. Tu felicidad es primero
Luchas incansablemente por mantener la sonrisa y el buen ánimo a pesar de lo que pase. No sientes apego por nada, dejas que todo fluya. Eliges lo que te conviene. Entiendes que la felicidad se construye con cada acción y que es tu actitud frente a la vida la que determina hasta dónde llegarás.