Desde pequeñas fuimos criadas con la idea sexista de que la mujer sólo tiene un objetivo en la vida: casarse, y a partir de ese momento tener hijos, ser una ama de casa respetable y obligada a realizar todas las actividades para mantener a su pareja feliz.
Para muchas de nosotras resulta realmente molesto que desde muy pequeñas se nos vincule con ideas que nos hacen repetir patrones que, definitivamente tenemos que romper. La idea de qué detrás de un gran hombre hay una gran mujer tiene que cambiar, ambos pueden estar en el mismo nivel y ninguno perdería sus capacidades.
Quizá cuando eras pequeña te sentías renuente a seguir con los roles sexuales que te fueron impuestos en la familia, debido a que te parecían absurdos. Los pequeños detalles que también te hicieron odiar los roles siempre comenzaban a la hora de los juegos o la vestimenta.
Por otro lado, también es de admirar a todas aquellas mujeres que deciden unir su vida a un hombre para vivir todos los días plenamente el rol de madre y ama de casa. Definitivamente este es un gran trabajo que también implica esfuerzo y que jamás termina.
Particularmente nunca he sido una gran aficionada de este tipo de vida, realizar las labores del hogar no son mi fuerte. Aún recuerdo cuando algunos de mis familiares mencionaban que no tendría futuro al lado de un hombre si continuaba odiando este tipo de tareas. Afortunadamente para mí, siempre he creído que existe algo más que vivir un felices por siempre en un hogar, y eso me ha dado un motivo para luchar cada día por conseguir ser más exitosa.
Soy una mujer fuerte, aunque aún conservo mi lado romántico, creo en el amor y quiero enamorarme perdidamente de un hombre real que complemente mi vida, no de un príncipe azul de esos que sólo existen en los cuentos. Quiero enamorarme de un hombre que comparta mis batallas para que así ambos tengamos una vida mejor, sin olvidarnos jamás de nuestras metas personales.
Siempre he pensado que la felicidad es realizar lo que te gusta luchando cada día por obtenerlo. Pero existe algo llamado frustración, que te perseguirá si decides dejar todo a medio camino, si dejas tus sueños por complacer los de alguien más vivirás frustrada eternamente. Eso es justo lo que no quiero vivir, deseo realizar cada uno de mis sueños y en el camino forjarme cada vez más metas, cada una mejor que la anterior.
Creo que no existe ningún problema en que a las mujeres nos guste ser independientes, fuertes y capaces. Si hay mujeres que eligen ser el pilar de su hogar y consagrarse como la mejor ama de casa también está bien. Pero otras como yo, nos esforzamos por tener un lugar en dentro de este mundo competitivo dominado por los hombres.
Cada mujer en el mundo tiene derecho a realizar cualquier cosa que desee, siempre y cuando se sienta completa y dichosa con cualquiera que sea su decisión.
Bien dicen que el que no busca no encuentra, y yo cada día busco una oportunidad para lograr mis expectativas como mujer. Sólo amándote conocerás la verdadera felicidad.