A todo hombre le gusta una mujer atractiva, eso es un hecho. Sin embargo, dar importancia solamente a nuestro aspecto físico deja de lado un aspecto mucho más importante: la personalidad. Ser auténtica y honesta en tu forma de conducirte a la larga es definitivamente más atractivo que sólo una actitud arrojada y coqueta.
Tener clase forma parte de estas cualidades que hacen de ti una persona especial y atractiva. Es la actitud y el comportamiento que mantienes en tu trato con los demás. Por supuesto, tener clase no significa que dejes de ser coqueta: hay formas de tener clase y elegancia sin perder ese halo de atracción y sobre todo, sin dejar de ser tú misma.
No dejar todo al descubierto
Un sentido de la moda siempre será necesario para tener clase. No es necesario mostrar un gran escote o usar la falda más corta para hacer saber al mundo que eres linda. En realidad no hay nada más atractivo que una mujer que proyecta confianza en su cuerpo con un look balanceado y que deje algo a la imaginación.
La forma de conducirte es importante
Cuando conversas con alguien siempre es importante cuidar tus modales, pues hablan de tu sentido de la clase, además de que implica que estás en contacto con tu feminidad. No significa que te conviertas en una versión rígida y acartonada de ti misma, sino que mantengas una actitud relajada sin caer en bromas vulgares, modales bruscos o coqueteos descarados. Sé atenta, recuerda que a todos tenemos sentimientos y nos gusta ser tratados con respeto.
Un poco de misterio
Cuando las personas no pueden describirte con exactitud porque no eres una chica que todo lo cuenta, subes un nivel en la escala de lo atractivo. Al crear esta aura de misterio, haces que las personas que están a tu alrededor quieran saber más. Esto puede significar un gran reto, porque las mujeres por naturaleza hablamos y compartimos nuestros puntos de vista, pensamientos y sentimientos. Sin embargo, si te quedas algo para ti misma, es probable que alguien que se interese en ti vea esto como un reto para que le brindes tu confianza y te abras.
La importancia de ser sutil
La sutileza implica un grado de moderación y no esforzarse en ser impulsiva, extravagante o en desear tener la atención a toda costa. Esta es una de las características más distintivas de una mujer con clase. Implica vestir con estilo sin parecer una pasarela ambulante; usar ropa sexy sin lucir vulgar, aplicar la cantidad justa de perfume para que sólo quien realmente importa se de cuenta, maquillarte con discreción, entre otras cosas. Una mujer sutil tiene tanta confianza que no necesita ni desea la validación exterior.
Cuidado con el impulso
La actitud antes las situaciones incómodas y cómo respondes ante algo o alguien que te causa molestia dice mucho de tu persona. Sólo porque algo esté pasando no significa que debas reaccionar de inmediato. Finalmente, la clase también se muestra cuando actúas bajo tus propios términos y sigues tu camino.
El cerebro no está peleado con el físico
Cuando una mujer tiene pensamientos y opiniones propias, puntos de vista, habilidad para conversar y es buena escuchando, puede decirse que tiene clase. Es necesario tener la habilidad de compartir e intercambiar ideas desafiantes para quien te acompaña. Esto no significa que te enfrasques en discusiones sin sentido o que tengas que debatir absolutamente cualquier tema; simplemente dar a conocer lo que piensas y lo que sabes con ingenio y sentido del humor.
Una buena postura
No todo se centra en la ropa que uses y puedas sostener una buena plática. También la forma en la que caminas, tu postura al estar de pie y cómo te sientas dice mucho sobre la opinión que tienes de tu persona. Una mujer con autoconfianza y que sabe en donde está plantada tiene la combinación ideal.