Decía John Lennon que la vida es lo que sucede mientras nos encontramos haciendo otros planes, y vaya que tenía razón. Cuántas veces vamos viviendo al día, esperando que algo extraordinario suceda, pero al mismo tiempo esperando que no complique más nuestra rutina o modifique nuestros proyectos. Y entonces nos encontramos con experiencias inesperadas que nos mueven el piso, nos sacan de balance y nos ayudan a crecer.
Asimilar las vivencias y aprender de ellas requiere mucho más valor que transitar por la vida como si no pasara nada. Enfrentar cada situación es parte de crecer, aprender y vivir. Estas son 7 duras verdades que una vez que las entiendas, te harán más poderosa.
1. Nadie está tan ocupado como para no responderte
Ese chico no está tan ocupado para responder tus mensajes. Ese empleado no está tan ocupado como para no responder tu correo. Si no recibes noticias de alguien, es porque deliberadamente decidió no contestarte, así de simple. Y entre más pronto dejes de justificar las conductas que esas personas para quienes no eres una prioridad, también las comenzarás a superar.
2. A todos les interesa más su propio bienestar
No importa cuan genuina, de buen corazón o amable sea una persona; siempre va a estar más atenta de sus propias necesidades que de las tuyas. Incluso el amante más atento puede no darse cuenta que está presionando demasiado si no le dices, o el jefe más honesto podría no haberse dado cuenta de que te está cargando de mucho trabajo si simplemente sigues aceptándolo. Desafortunadamente, otras personas estarán conscientes de que están probando tus límites y lo seguirán haciendo a menos que encuentren alguna resistencia. La mayoría de las personas tomarán de ti tanto como les permitas, lo cual significa que tú debes establecer límites.
3. Nunca vas a complacer a todo el mundo
Si pusieras atención a lo que cada persona te dice, terminarías como una burbuja amorfa sin emociones y sin vida, y entonces alguien más vendría a decirte que deberías ser más interesante. La verdad es que es imposible complacer a todos. Siempre habrá alguien que se sentirá ofendido por el camino de vida tradicional o aburrido por los más radicales. No importa lo que hagas, de igual forma serás criticado, así que lo mejor es hacer lo que amas, porque si hay alguien a quien debes escuchar, es a ti misma.
4. El mundo no te debe nada
Puedes ser la más agradable, amable, inteligente e interesante persona en el mundo, pero si no pones ninguno de esos atributos a trabajar, no tienes derecho a recibir nada a cambio sólo por tenerlos. Las personas realmente poderosas saben que hay dos opciones básicas: puedes pasar la vida entera sintiendo pena por ti mismo porque mereces más de lo que tienes ahora, o puedes salir al mundo a exigir lo que es tuyo. Adivina cuál es la elección de la gente exitosa.
5. El precio de justificarte
Puedes ir por la vida diciendo que no tienes tiempo, dinero, energía o los recursos para lograr lo que deseas. Puede que sea cierto, pero la dura verdad es que cada persona en el mundo tiene al menos una gran excusa para no perseguir la vida que quiere. La diferencia entre las personas que consiguen lo que quieres de la vida y las que no es que las personas que lo logran, ignoran sus propias excusas. Encuentran un camino más allá de las limitaciones en lugar de sólo quejarse de ellas y esa es la verdadera razón por la cual triunfan.
6. Son tus acciones las que te definen, no tus pensamientos
Te puedes sentar cómodamente en un sillón conceptualizando un mundo mejor, pero hasta que te levantes y comiences a hacer esos cambios, no harás ninguna diferencia. Las buenas intenciones son una cosa maravillosa, pero hasta que van de la mano de las acciones, no son nada. Al final del día, tu carácter se determina por lo que haces, no por lo que piensas.
7. Nadie te va a salvar de vivir tu vida
Todos queremos creer que la persona de nuestras vidas, la oportunidad laboral de nuestra vida o la sorpresa que nunca esperamos nos está esperando a la vuelta de la esquina. Cuando no estamos felices con lo que somos, esperamos (de una forma irracional) que ocurra un cambio dramático en nuestras circunstancias que nos salve de nuestra miseria. pero la verdad es que la vida no trabaja de esa forma. Nadie va a recorrer tu camino, y si quieres ver un cambio en tu vida, tienes que crearlo desde los cimientos. Esto es lo que saben las personas más poderosas, cuando los tiempos se ponen duros, los más fuertes se montan la armadura, ensillan su caballo blanco y se rescatan a sí mismos.